Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar.
Johann Wolfgang Goethe

sábado, 12 de febrero de 2011

El “asunto” Carmen Aristegui - Álvarez Icaza


11 de febrero de 2011
Publicado en "El Universal"
http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/51650.html

La salida de Carmen Aristegui de MVS es una gran pérdida. En realidad es una pérdida que se conjuga en plural. Lamentablemente, todos perdemos, pierde nuestra democracia, la libertad de expresión, la Presidencia de la República, MVS, Carmen Aristegui, la ciudadanía, la pluralidad de ideas, los radioescuchas, entre muchos otros.
Esto es consecuencia de cómo se tomaron y procesaron decisiones el pasado fin de semana. Si el cálculo era evitar el debate de lo que Carmen Aristegui presentó como noticia y pasar la factura por el planteamiento, los hechos demuestran que salió muy mal y resultó contraproducente. No sólo por las dimensiones nacionales e internacionales que ha alcanzado “el asunto Carmen Aristegui” (como lo denominó MVS), sino porque queda en amplios sectores, al menos, la percepción de que estamos ante un caso emblemático de censura. Estas temáticas son ahora materia de análisis y preocupación en múltiples medios de comunicación, organizaciones civiles y académicas, redes sociales e internet y muchos espacios más, tanto en México como fuera de él.
Lo realizado por el diputado Fernández Noroña y otros en la Cámara de Diputados el jueves 3 es cuestionable y reprobable (una vez más), pero lo que resulta inadmisible es que si se presenta una cobertura noticiosa del hecho y se acompaña de un cuestionamiento duro, válido y respetuoso, la consecuencia sea que se silencien las voces y los micrófonos. Lo que no puede pasar en una democracia es que el resultado de una diferencia de esta naturaleza es que se cierre un espacio noticioso.
En caso de presentarse una controversia, hay medios legales y democráticos para hacer valer los derechos. Debe tenerse claro que en democracia, mientras más alta es la responsabilidad pública que se desempeña, mayor escrutinio público debe existir. Por eso, entre muchas otras razones, debe asumirse que es del orden e interés público de primer nivel discutir, saber y tener certeza sobre la salud del Presidente.
Así quedó demostrado por el secretario particular del Presidente al afirmar que “frente a esas infundadas afirmaciones, y desde el más firme compromiso del gobierno federal con la transparencia, resulta oportuno compartir con los ciudadanos algunos datos generales sobre las actividades presidenciales, que reflejan que el Presidente de México trabaja incansablemente por el desarrollo de la nación… En total, 1,779 actividades a lo largo del año (2010), un promedio de 7 actividades por día hábil… Este ritmo de actividades es la mejor expresión de su buen estado de salud, de su fortaleza física y entereza”. También declaró que “el gobierno federal es y ha sido escrupulosamente respetuoso de la libertad de expresión y valora la multiplicidad de voces y opiniones en el debate de los asuntos públicos”.
Este posicionamiento y la difusión de esta información representa un gesto de altura, muy reconocible. También pone en evidencia que la pregunta de Carmen Aristegui es válida y pertinente. Incluso la propia periodista declaró: “Lamento sí, que el Presidente y su familia se hayan sentido ofendidos por el cuestionamiento, pero aún así, la pregunta sigue vigente”.
Las declaraciones de Roberto Gil ayudan simultáneamente a superar la discusión de que Carmen violó el “código de ética” de MVS, ¿cómo sería eso posible si la propia Presidencia de la República reconoce la importancia de informarnos sobre el “buen estado de salud” del Presidente? Una de las grandes contribuciones de Carmen al debate público, además de su inteligencia e independencia, es justamente el aporte ético. La puerta digna de solución se abrió para MVS.
La forma en que se resuelva y afronte este “asunto” nos dará un termómetro preciso de la madurez de la libertad de expresión en México, de cómo enfrentar las diferencias en su ejercicio. Es un punto de quiebre, o se opta por las reglas de la democracia o por la lógica de la antidemocracia y la intolerancia y su subsecuente control de daños.
El presidente Calderón tiene una extraordinaria oportunidad para contribuir al fortalecimiento de la normalidad democrática, al poner el ejemplo de que si se cuestiona sobre el Presidente esto no se verá como un agravio. Dicho sea de paso, mandaría un poderoso mensaje a gobernadores, secretarios, presidentes municipales y un largo etcétera de cómo relacionarse con los medios de comunicación en democracia. La verdad es que este mensaje es tremendamente urgente y necesario.
La fórmula inicial de pierde–pierde puede convertirse en un modelo virtuoso de ganar–ganar, en el que todos ganemos, sobre todo, nuestra democracia. Puede sonar utópico, pero nuestro país y la defensa de nuestros derechos bien valen la apuesta.
Defensor de los derechos humanos

Estalla júbilo por la renuncia de Mubarak - Robert Fisk

The Independent
Traducción y publicación: La Jornada
Sábado 12 de febrero de 2011


http://www.jornada.unam.mx/2011/02/12/index.php?section=mundo&article=019n1mun

El Cairo, 11 de febrero. De pronto todos se pusieron a cantar. Y a reír, a gritar y orar, arrodillándose en el suelo y besando el sucio pavimento frente a mí, danzando y alabando a Dios por librarlos de Hosni Mubarak –un rapto de generosidad, porque fue más su valor que la intervención divina lo que derrocó al dictador–, y derramando lágrimas que salpicaban sus ropas. Fue como si todo hombre y mujer acabara de contraer matrimonio, como si el júbilo pudiese ahogar las décadas de tiranía, dolor, represión, humillación y sangre. Ésta será conocida para siempre como la revolución egipcia del 25 de enero –el día que comenzó– y será para siempre la historia de un pueblo en pie de lucha.

El anciano se había ido por fin, entregando el poder no al vicepresidente –signo ominoso, aunque esta noche los millones de revolucionarios no violentos no estaban de ánimo para apreciarlo–, sino al consejo del ejército egipcio, a un mariscal de campo y un montón de generales, garantes por ahora de todo aquello por lo cual los manifestantes y por lo que algunos dieron la vida.

Hasta los soldados estaban felices. En el momento mismo en que la noticia de la partida de Mubarak cundió como el fuego entre los manifestantes fuera de la sede de la televisión estatal, a orillas del Nilo, resguardada por el ejército, el rostro de un joven oficial estalló en regocijo. Todo el día los manifestantes habían estado diciendo a los soldados que son hermanos. Bueno, ya veremos.

Decir que fue un día histórico es restar magnitud a lo que esta victoria en verdad significa para los egipcios. Mediante la mera fuerza de voluntad y el valor frente a la odiada policía de seguridad de Mubarak; mediante la conciencia –sí– de que a veces hay que combatir con más que palabras y redes sociales para derrocar a un dictador; mediante el solo acto de luchar con puños y piedras contra policías provistos de pistolas aturdidoras, gas lacrimógeno y balas de verdad, lograron lo imposible: poner fin –deben rogar a su Dios que sea permanente– a casi 60 años de autocracia y represión, 30 de ellos con Mubarak.

Los denostados árabes, maldecidos, sujetos a abuso racial en Occidente, tratados como retrasados e ignorantes por muchos de los israelíes que deseaban mantener el imperio despiadado de Mubarak, se pusieron en pie, abandonaron el miedo y echaron al hombre a quien Occidente amaba como un líder "moderado" que haría lo que ellos mandaran al precio de mil 500 millones de dólares al año. No sólo los europeos del este pueden alzarse contra la brutalidad.

Que este hombre, menos de 24 horas antes, hubiera anunciado en un momento de delirio que aún quería proteger a sus "hijos" del "terrorismo" y que se mantendría en el poder hizo aún más preciada la victoria de este viernes. La noche del jueves, hombres y mujeres habían alzado sus zapatos en el aire para mostrar su desprecio al líder decrépito que los trataba como niños incapaces de tener dignidad política y moral. Luego este viernes él partió como si tal cosa para Sharm el-Sheikh, centro vacacional de estilo occidental en el Mar Rojo, un lugar que tiene tanto en común con Egipto como Marbella o Bali.

Así pues, para la noche del jueves la revolución egipcia quedó en manos del ejército, cuando una serie de confusas y contradictorias declaraciones de los militares indicaba que mariscales de campo, generales y brigadieres se disputaban el poder en las ruinas del régimen de Mubarak. Israel, según varias prominentes familias castrenses cairotas, trataba de persuadir a Washington de promover a su egipcio favorito –el ex capo de la inteligencia y vicepresidente Omar Suleiman– a la presidencia, en tanto el mariscal Tantawi, ministro de Defensa, quería que su jefe del estado mayor, el general Sami Anan, gobernara el país.

Cuando Mubarak y su familia fueron llevados a Sharm el-Sheikh la tarde del viernes, ello sólo confirmó la impresión de que su presencia era más irrelevante que provocadora. Los cientos de miles de manifestantes en la plaza Tahrir olían la misma descomposición del poder y hasta Mohamed El Baradei, el ex inspector de armas de la ONU y ambicioso premio Nobel, anunció que "Egipto estallará" y "debe ser salvado por el ejército".

Los analistas hablan de una "red" de generales dentro del régimen, aunque es más como una telaraña, un amasijo de altos oficiales en competencia que ganaron su riqueza personal y sus celosamente guardados privilegios sirviendo al régimen, cuyo líder parece hoy tan demente como senil. La salud del presidente y las actividades de los millones de manifestantes por la democracia en todo Egipto son ahora menos importantes que el encarnizado combate dentro del ejército.

Sin embargo, si bien han descartado al rais –el presidente–, los altos mandos militares son de la misma vieja guardia. De hecho, la mayoría fueron absorbidos hace mucho en el entramado de poder del régimen. En el último gobierno de Mubarak el vicepresidente era un general, al igual que el primer ministro, el viceprimer ministro, el ministro de la Defensa y el de Interior. El propio Mubarak era comandante de la fuerza aérea. El ejército llevó a Nasser al poder. Apoyó al general Anwar Sadat. Apoyó al general Mubarak. Introdujo la dictadura en 1952 y ahora los manifestantes creen que se convertirá en el agente de la democracia. Vaya esperanza.

Toma de plazas

Por tanto –tristemente–, Egipto es el ejército y el ejército es Egipto. O al menos, ay, eso le gusta pensar. Por tanto, quiere controlar –o "proteger", como constantemente reiteran sus comunicados– a los manifestantes que exigen la partida final de Mubarak. Pero los cientos de miles de revolucionarios democráticos –enfurecidos por la negativa de Mubarak a abandonar la presidencia el jueves por la noche– comenzaron este viernes su propia toma de El Cairo, desbordando la plaza Tahrir, no sólo alrededor del edificio del parlamento, sino también frente a la sede de la radio y televisión estatal, en la ribera del Nilo, en las avenidas principales que llevan a la lujosa residencia de Mubarak y en el suburbio residencial de Heliópolis. Miles de manifestantes en Alejandría llegaron a las puertas de uno de los palacios de Mubarak, donde la guardia presidencial repartió agua y comida en un tibio gesto de "amistad". Los activistas también tomaron la plaza Talaat Haab, en el centro comercial de El Cairo, mientras cientos de académicos de las tres principales universidades de la ciudad marchaban hacia Tahrir a media mañana.

Luego de las expresiones de ira durante toda la noche ante el paternalista e insultante discurso de Mubarak –se extendió hablando de sí mismo y de sus servicios en la guerra de 1973, haciendo sólo vagas referencias a los deberes que supuestamente iba a reasignar a su vicepresidente Omar Suleiman–, las manifestaciones de este viernes comenzaron entre muestras de buen humor y extraordinaria civilidad. Si los esbirros de Mubarak esperaban que su casi suicida decisión del jueves induciría a la violencia a los millones de manifestantes, se equivocaban: por todo El Cairo, los jóvenes hombres y mujeres que son el fundamento de la revolución egipcia se comportaron con la prudencia que el presidente Obama pidió este viernes con tan escasa convicción. En muchos países habrían quemado edificios de gobierno luego de un mensaje presidencial tan pleno de soberbia; en la plaza Tahrir organizaron recitales de poesía, y luego oyeron que el odiado antagonista se había ido.

Pero los versos en árabe no ganan revoluciones, y todo egipcio sabía este viernes que la iniciativa ya no estaba con los manifestantes ni con la remota y levemente demencial figura del ex dictador de 83 años. El futuro cuerpo político del país reside en unos 100 militares cuya vieja fidelidad a Mubarak –puesta a dura prueba por el espantoso discurso del jueves por la noche, para no hablar de la revolución en las calles– ha sido abandonada del todo. La mañana del viernes, un comunicado militar –leído, cosa por demás extraña, por un anunciador civil de la televisión estatal– llamó a realizar "elecciones libres y justas" y añadió que las fuerzas armadas están "comprometidas con las demandas del pueblo", el cual debe "reasumir un modo normal de vida". Trasladado al lenguaje civil, esto significa que los revolucionarios deben empacar sus cosas mientras una camarilla de generales se divide los ministerios de un nuevo gobierno. En algunos países a esto se llama golpe de Estado.

En torno del abandonado palacio de Mubarak en El Cairo, la mañana de este viernes, miembros de la guardia personal, poderosa fuerza paramilitar separada del ejército –sus miembros visten una extraña mezcla de boinas rojas y cascos verdes de acero con ribetes plateados– tendieron alambre de púas en todo el perímetro, instalaron enormes parapetos de arena y pusieron detrás soldados armados con ametralladoras. Tanques y vehículos blindados fueron emplazados en torno a la alambrada. Era un gesto vacío, digno del mismo Mubarak, porque ya había huido.

Con todo, las instrucciones impartidas a los soldados de cuidar a los manifestantes parecen haber sido seguidas al pie de la letra en las horas anteriores a la victoria. Un teniente primero del tercer ejército, joven de 25 años con altos estudios y dominio del inglés, ayudaba a los manifestantes a revisar las identificaciones de los que ingresaban a las cercanías del Ministerio del Interior, aunque reconocía de buen talante que no estaba seguro de que las protestas en la capital fueran la mejor forma de lograr la democracia. No había dicho a sus padres –su padre es ingeniero– que estaba en el centro de El Cairo para que su madre no se preocupara; les dijo que estaba de servicio en el cuartel.

Pero, en una confrontación, ¿abriría fuego contra los manifestantes?, le preguntamos. “Muchas personas me preguntan eso –contestó–. Yo les digo: ‘no puedo disparar a mi padre, a mi familia… ustedes son como mi padre y mi familia’. Y tengo muchos amigos aquí.” ¿Y si llegaran órdenes de disparar a los manifestantes? “Estoy seguro de que no ocurrirá –respondió–. Todas las demás revoluciones (en Egipto) han sido sangrientas. Yo no quiero sangre aquí.”

Su memoria histórica es correcta. Los cairotas se levantaron en armas contra el ejército de Napoleón en 1798, combatieron a la monarquía en 1881 y 1882, lanzaron insurrecciones contra los británicos en 1919 y 1952 y se rebelaron contra Sadat en los disturbios por hambre de 1977 y contra Mubarak en 1986, cuando hasta la policía abandonó al gobierno. Por lo menos cuatro soldados se unieron a los manifestantes en Tahrir el jueves. Un coronel me dijo hace una semana que "uno de nuestros camaradas trató de suicidarse" en la plaza. Así pues, los generales que hoy pelean como buitres sobre los restos del régimen de Mubarak deben tener cuidado de que sus soldados no hayan sido infectados por la revolución.

En cuanto a Omar Suleiman, su propio discurso posterior al de Mubarak, el jueves por la noche, fue casi tan infantil como el del presidente. Dijo a los manifestantes que se fueran a casa –tratándolos, en palabras de uno de ellos, como ovejas– y culpó como de costumbre a las "estaciones de radio y televisión" por la violencia en las calles, idea tan ridícula como la enésima afirmación de Mubarak de que hay "manos extranjeras" detrás de la revolución. Tal vez las ambiciones de Suleiman de ser presidente también han terminado: otro anciano que creía poder liquidar la revolución con falsas promesas.

Tal vez la sombra del ejército es una imagen demasiado oscura para invocarla después de una revolución tan monumental en Egipto. La alegría de Siegfried Sassoon el día del armisticio de 1918, que puso fin a la Primera Guerra Mundial –cuando también todo el mundo de pronto se puso a cantar–, era genuina y merecida. Sin embargo, esa paz condujo a un sufrimiento más intenso. Y los egipcios que han luchado por su futuro en las calles de la nación en las tres semanas pasadas tendrán que cuidar su revolución de enemigos tanto internos como externos, si quieren lograr una verdadera democracia. El ejército ha decidido proteger al pueblo, pero, ¿quién acotará el poder del ejército?

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

viernes, 11 de febrero de 2011

Hear, hear for profits Yumus & Schwartz

MADE Great article at Stanford Social Innovation Review

The Old Green House by Suzie Boss

MADE Great article at Stanford Social Innovation Review

Investing at the bottom - Jody Heymann

MADE Great article at Stanford Social Innovation Review

Carta abierta de Denise Dresser a Joaquín Vargas (dueño de MVS) sobre el tema Aristegui

Te escribo desde el desconcierto que me ha producido el despido de Carmen Aristegui, por la supuesta violación del código de ética de MVS. Yo he sido colaboradora de MVS radio desde hace dos años, como participante en la mesa política de los lunes. Siempre he agradecido el espacio, el apoyo y la libertad que durante ese tiempo nos brindaste allí. Siempre he pensado en ti como un hombre dispuesto a tomar riesgos, defender principios, asumir posiciones impopulares y enfrentarte al gobierno cuando ha sido necesario. Por ello me resulta aún más sorpresiva tu decisión, la cual corre en contra de tu biografía, la historia de la empresa y el perfil personal y profesional que has logrado construir. Me parece que has cometido un error grave, gravísimo, como resultado del cual todos pierden: pierde MVS, pierdes tú, pierde la libertad de expresión, pierde la Presidencia, pierde el país. He aquí las razones:

1) Nunca habrá un consenso sobre la decisión de Carmen Aristegui de abordar el tema de la manta en el Congreso —denunciando el supuesto alcoholismo de Felipe Calderón— como lo hizo. Habrá quienes argumenten que informó sobre un hecho noticioso e hizo las preguntas pertinentes y habrá quienes digan que se excedió. Habrá quienes insistan en que tenía derecho a cuestionar a Felipe Calderón como lo hizo y habrá quienes repliquen que se equivocó. Habrá quienes subrayen que la salud mental de un presidente es un tema de interés público y habrá quienes contesten que es del orden estrictamente privado. Habrá quienes cuestionen a Carmen por darle validez a los planteamientos de Gerardo Fernández Noroña y habrá quienes digan que se volvieron informativamente importantes en el momento que suspendieron las labores del Congreso.

Independientemente de la posición que los lectores, radioescuchas y ciudadanos en general asuman, lo que queda claro es que no se despide a un periodista por hacer preguntas incómodas, airear temas controvertidos o hacer comentarios editoriales que generen escozor. De ser así, ningún periodista mexicano tendría empleo en este momento. Ningún periodista internacional hubiera sobrevivido a esa vara de medición. Rush Limbaugh ya hubiera sido despedido por acusar a Barack Obama de “musulmán”; William Safire hubiera sido despedido por llamar a Hillary Clinton una “mentirosa congenital”; Larry Rohter hubiera sido despedido por escribir acerca de los problemas con el alcohol que tenía Lula; Jorge Ramos hubiera sido despedido por preguntarle a Vicente Fox si usaba Prozac. Pero los despidos no se dan precisamente porque el valor fundacional de la libertad de expresión se protege por encima del interés empresarial o los sentimientos heridos del aludido.

2) Al emitir un comunicado en el cual aseguras que Carmen Aristegui “violó el código de ética” de la empresa, has generado una enorme —y legítima— suspicacia. En primer lugar, te verás obligado a hacer público ese código de ética, incluyendo la prohibición explícita de diseminar rumores como si fueran información, firmado por ella. Y si no lo produces, seguirás alimentando la especulación que te rodea. Que si te llamaron de Los Pinos para exigir una disculpa y por ello se la demandaste a Carmen. Que si querías hacerle un favor al gobierno —entregándole la cabeza de Carmen en bandeja de plata— a cambio de la renovación y la ampliación de tus concesiones. Que en el momento de obtenerlas lo primero que harás será vendérselas a Carlos Slim. Que desde hace un buen tiempo sentías que la presencia de Carmen en MVS era una amenaza a tus intereses empresariales y que, en el fondo, su despido en este momento fue tan sólo un pretexto. Esto es lo que se dice sobre ti de manera reiterada. Esto es lo que sale a colación cada vez que se menciona tu nombre. Con una reacción sobredimensionada y colérica, has logrado empañar de golpe tu reputación y la de tu familia. A partir de hoy serás visto como un censor, un represor, un hombre intolerante. Alguien que no entiende los principios que la democracia —para sobrevivir— necesita resguardar.

Y aunque niegues la presión de la Presidencia, será tu palabra contra la de Carmen Aristegui. Será tu versión de los hechos contra la de ella. Y en esa confrontación llevas todas las de perder, porque había muchas formas de darle una salida a este problema. MVS pudo haber emitido un comunicado de prensa diciendo que la posición expresada por Carmen no constituía la posición oficial de la empresa, punto final. Pero al exigirle a Carmen que leyera una disculpa redactada por ti, cerraste la puerta a una mejor solución para todos los involucrados.

3) Si tu objetivo era congraciarte con Los Pinos, en realidad le has enviado una manzana envenenada. Las protestas por parte de la Presidencia serán vistas como un esfuerzo fallido por negar su involucramiento. Si Felipe Calderón no te pidió una disculpa por parte de Carmen Aristegui, la percepción entre los millones de radioescuchas de MVS en este momento es que así fue. Si Felipe Calderón no tiene un problema de alcoholismo, después de este sainete será aún más difícil convencer a la opinión pública de lo contrario.

Hoy el Presidente se enfrenta a un grave problema de imagen. El que da la impresión de irritarse demasiado, negar demasiado, exigir disculpas y demandar cabezas tan sólo confirma la acusación lanzada en su contra. Y tú, Joaquín, al actuar como lo has hecho, has contribuido a crear esa percepción. Tu comportamiento, efectivamente, ha sido suicida. Y eso, como bien dijo Carmen Aristegui en su conferencia de prensa, no lo merece tu familia, no lo merece MVS, no lo merecen los ciudadanos, no lo merece México. Como colaboradora de MVS, como alguien que ha aplaudido la independencia y el valor civil de la empresa en el pasado, como ciudadana mexicana consciente de sus derechos y dispuesta a pelear para defenderlos, te pido que reconsideres tu postura y pares un proceso que se ha revertido en tu contra.

Como escribió la novelista Pearl Buck, ganadora del Premio Nobel, “cada gran error tiene su punto medio; ese segundo cuando puede ser retractado y quizás remediado”. Ese momento ha llegado para ti, Joaquín. Ojalá apeles a los mejores ángeles de tu naturaleza, en lugar de sucumbir a los peores demonios que te han poseído en los últimos días.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Conferencia de Carmen Aristegui completa

Se trata de una exposición magistral de ciudadanía, derechos huamnos, transparencia, derecho a la información, participación ciudadana, ciudadanía en las redes sociales. Es una exposición que desnuda la actual pudredumbre del juego de poder de las estructuras políticas y los poderes fácticos. Denuncia de manera simple otro aspecto más del problema de las telecomunicaciones en el país.

La voz de Carmen Aristegui se percibe como necesaria a fin de acompañar y transparentar un debate nacional, se percibe como indispensable a fin de preparar un camino al cambio que nuestro México necesita. En verdad mi mayor deseo es escuchar su voz el lunes por la mañana y con ello consolidar la confianza en que el actual gobierno tiene la voluntad de hacer de una vez por todas las cosas bien, étcamente... porque es lo correcto.

Respuesta de Aristegui

Habrá que seguir dando seguimiento a estos hechos y de ser posible conseguir la conferencia completa, pero el fragmente ilustra suficientemente sobre la postura de Carmen.

Felicidades a Carmen, cuenta con el apoyo de muchos mexicanos

martes, 8 de febrero de 2011

Llamado público ante la suspensión del programa radiofónico de la periodista Carmen Aristegui

Boletín de prensa AMEDI

La salida de la periodista Carmen Aristegui de MVS Radio es una pésima noticia para la sociedad mexicana. La voz crítica que Carmen Aristegui ha construido a lo largo de una sólida carrera profesional se ha convertido en una de las más relevantes en la vida pública mexicana. La decisión que cancela ese espacio radiofónico es desafortunada para todos. Pierde la empresa MVS, cuya independencia editorial queda en cuestión debido a la supresión de ese espacio crítico. Pierden la periodista y su amplia audiencia. Pierde la Presidencia de la República, de donde surgieron las exigencias para que Carmen Aristegui se disculpara por un comentario que hizo el viernes 4 de febrero.
MVS ha manifestado que la periodista transgredió el “código ético” de dicha empresa. Sin embargo ese código no es conocido por los radioescuchas. De existir, se trata de un código de eficacia endeble porque se ha mantenido en secreto. En todo caso, los instrumentos éticos no sirven para motivar disculpas sino para evitar errores en el manejo de la información. Si la periodista difundió una información errónea, la persona o la institución afectadas podrían haber solicitado una rectificación. Si se trata de una opinión personal, tiene derecho a difundirla aunque fuese equivocada.
La opinión que Carmen Aristegui dio a conocer acerca de la salud del presidente de la República no estaba sustentada en hechos sino en apreciaciones subjetivas –a partir de una fuente de muy cuestionada verosimilitud–. Puede ser una opinión debatible, pero fue manifestada en ejercicio de la libertad de expresión.
La Presidencia de la República tenía derecho a difundir una aclaración. Pero ni el gobierno, ni la empresa, lo tenían para obligar a la periodista a ofrecer una disculpa. Al preferir la vía de las presiones privadas, en vez de las aclaraciones públicas, el gobierno reedita los peores tiempos de las relaciones autoritarias entre el poder político y los medios de radiodifusión. Exigimos a la Presidencia de la República que, con hechos y específicamente en este caso, garantice el derecho a la libertad de expresión así como el derecho de los ciudadanos a la información.
En tanto los costos de esa medida son muy altos para la empresa, la periodista y la sociedad mexicana, quienes se beneficien de ella serán los intereses que suelen ser exhibidos por Carmen Aristegui. Dicho saldo, nos permite hacer un llamado público a MVS para que reconsidere la cancelación del programa de Carmen Aristegui y a la periodista y a su equipo de trabajo para que estén dispuestos a una solución que, sin demérito de sus convicciones profesionales, propicien la permanencia del espacio que han ocupado con tanto provecho para sus radioescuchas.

México D.F., lunes 7 de febrero de 2011
Asociación Mexicana de Derecho a la Información
Por el Consejo Directivo: Raúl Trejo Delarbre, presidente

lunes, 7 de febrero de 2011

La mujer del sicario



07 de febrero de 2011
Escrito por Lydia Cacho y publicado por El Universal


Sentada frente a mí está “Lupe”, delgada ojerosa y asustada. “Nos va a matar, Lydia, nos va a matar”. Se refiere a Octavio su esposo, un albañil que al perder su trabajo hace dos años fue invitado por un vecino a trabajar de vigía de narcotienditas disfrazadas de expendios de cerveza en el centro de Cancún. “Él era un buen hombre, nunca nos había pegado, nomás gritaba”. A la mujer, como a otras esposas de narcotraficantes y sicarios que he entrevistado, no le queda muy claro qué sucedió con su esposo. Seis meses después de ser vigía, el jefe de zona descubrió que era magnífico manejando el machete, por su infancia campesina.
Octavio explicó a su mujer que lo habían ascendido, que unos policías de Cancún lo iban a entrenar en un rancho a la salida a Mérida; a tres kilómetro de la base militar tienen una escuela. Les enseñan a disparar, a ahorcar, a asesinar y a torturar. A Octavio le asignaron dos tareas: vigía y cortacabezas. Estaba emocionado, por primera vez en su vida podía llevar dinero a casa, ir al supermercado como la gente rica, comprar una carriola para su bebé y una motocicleta que siempre quiso. Renovó la cocina de la casa para que su mujer estuviera a gusto y cocinara frijol con puerco. A ella le regaló como protección una medalla grande de puro oro de la Virgen de Guadalupe.
“Cuando comenzó a contarme cosas yo me asustaba, y si le decía algo me decía que era un trabajo más, y que sus jefes eran policías, que el procurador sabía y tenían prometido para no meterse con ellos. Empezó a traer los periódicos, él ni sabe leer, guardaba las fotos grandes y los pegaba en el baño, en la pared. Yo decidí irme el día que me dijo: ‘Mira, a éstos me los eché yo’. Era la foto del Poresto, donde estaban unos policías degollados. “Yo no quiero que mi hijo aprenda a su papá”.
En realidad “Lupe” decidió irse el día que él le puso una golpiza cargando al bebé y la amenazó con ultimar su vida si lo dejaba. Desde un lugar seguro la mujer me mira y pregunta una y otra vez ¿cómo se vuelve uno tan malo?, ¿qué les pasa, apoco todos podemos volvernos así y matar con tanta saña?
Octavio pertenece a los grupos de sicarios desechables. Hombres de estratos sociales bajos que han perdido el trabajo, hartos de la pobreza, cargados de una fuerte dosis de resentimiento social, criados en familias en que la violencia es un método educativo normalizado. No son los sicarios de élite, como el profesional entrevistado por el periodista Charles Bowden en el documental El Sicario room 164 (reseñado en la revista Proceso del 6 de febrero).
Los profesionales en defender a los cárteles, entrenados con tácticas policiacas y de guerra, son los que llevan a cabo trabajos en conjunto con militares y federales corruptos, los que ofrecen protección y limpieza social a los procuradores de los diferentes estados de la República, los que ultiman a agentes de la DEA, ICE y FBI, acribillan a políticos de alto rango, o matan a soldados de cárteles enemigos.
Sin embargo, lo que ambos tipos de sicarios tienen en común es la facilidad con que asumen la personalidad de multihomicidas, la falta de filtros emocionales que los hacen pasar de una vida normal a una de torturadores y verdugos. ¿Cómo pasan de personas normales, a sádicos inquebrantables?, ¿qué les inspira, qué les mueve? Tal vez habría que entender cómo adquieren ese sentido de pertenencia que nadie más les ofreció nunca, cómo hacen del odio su religión y de la muerte un rito pasajero de poder y gloria. Creo que sólo se aprende a gozar del dolor ajeno cuando no se puede con el propio.
Me parece que la pregunta de las mujeres de sicarios que he entrevistado, es la pregunta de México. ¿Cuándo y a qué hora dejamos de mirar cómo se deshumanizaban miles de personas en nuestro país? O preguntaremos como lo hizo Benedetti, el poeta: “Qué cangrejo monstruoso atenazó tu infancia, qué paliza paterna te generó cobarde, qué tristes sumisiones te hicieron despiadado”.
Y volver a empezar, aunque suene aburrido, a exigir e implementar otra manera de educar. Exigir el fin de una guerra absurda que propaga la veneración por la muerte y asume la violencia como único método de resolución de conflictos. Volver al origen, cuando matar sonaba absurdo, indeseable, imposible, inaceptable.
www.lydiacacho.net Twitter: @lydiacachosi
Periodista

¿Una más de Calderón? - El Caso Aristegui

El dia de hoy al despertar y encender la radio me llamó la atencion no escuchar a Carmen en el noticiero que cada mañana se caracteriza por ser crítico y por mostrar los temas de la agenda nacional que no salen en otros espacios de radio. Ante las opciones nacionales de noticias; un acartonado y obtuso Pedro Ferris, una falta de criticidad y versión "light" de Panorama Informativo, Carmen se ha caracterizado por tomar temas que atañen a personalidades que tienen mucho poder y colocarlas en la mesa de discusión. Actualmente se desarrolla la idea de que esta censura es consecuencia de haber tocado el tema del supuesto alcoholismo de Felipe Calderón "¿Tu dejarías a un borracho que maneje tu coche? Entonces porqué dejas que un borracho maneje a tu país" Una lona de 2 x 4 mts aproximadamente en la que Calderón aparece con los ojos rojos.


Este hecho enciende las antenas de comunicólogos, sociólogos y politólogos ante una posible táctica que busque cubrir alguna nota de mayor trascendencia.

Carmen hace a un lado el "safarancho" de la cámara y se centra en el posible alcoholismo del presidente que afirma no poder corroborar pero lo coloca como un tema delicado y de trascendencia "en las democracias del mundo se piden estudios médicos para saber cuál es la condición de los gobernantes, ya que tienen un nivel de altísima responsabilidad y las sociedades requieren saber cuál es la condición de quien toma decisiones y pregunta: con razón o sin ella merecería atención sobre esta interrogante ¿tiene o no el presidente problemas de alchohlismo?: ¿tiene o no problemas, Felipe Calderón, de alcoholismo? Debería dar una respuesta clara, nítida la Presidencia de la República. Es una enfermedad que no debe ser vista con caricatura. Si es el caso y hay elementos firmes, tendría que ser tratado con la seriedad del caso y con lo que pasó ayer, la respuesta más fácil es descalificar a los legisladores y denostar lo sucedido pero dejemos la pregunta abierta y la petición formal a la Presidencia de la República"

Esto, sumado al cable número 238295 filtrado por WikiLeaks en el que Hilary Clinton solicita información a sus diplomáticos sobre la "dinámica de trabajo" del Presidente y su condición de estrés dejan mucho que pensar sobre la actual razón por la cual el día de hoy Carmen no transmita desde MVS un seguimiento a este tema, entre los muchos otros que siguen en la mesa. ¿MVS cedió ante presión de gobierno? ¿no habíamos pasado ya este tema y nos posicionamos como un paìs de libre expresión?

Cualquier razón que explique la salida de Carmen debe hacerse pública y la obligación del gobierno es GARANTIZAR que personas como Carmen Aristegui puedan sugerir, criticar, transparentar, preguntar abiertamente si el presidente Felipe Calderón está en condiciones de gobernar nuestro México... la pregunta hasta este momento sigue en la mesa.