Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar.
Johann Wolfgang Goethe

jueves, 3 de febrero de 2011

Video de ITESO - Libres para transformar

Excelente manera de compartir el proyecto educativo ignaciano



La paz es el camino - ITESO

Mensaje del Dr Juan Luis Orozco. Rector de ITESO ante los sucesos en Guadalajara el pasado 1 de febrero


El ITESO, en cuanto universidad jesuita y como toda universidad en el mundo, tiene la misión de contribuir a la construcción de una sociedad en paz, que garantice justicia y dignidad para todas las personas.

El ITESO se dedica a la educación como espacio del conocimiento para el crecimiento y desarrollo de la libertad de los individuos, de los grupos y las organizaciones. Busca un nuevo sentido a los aportes de las generaciones anteriores, para construir respuestas pertinentes a los retos y necesidades que la vida pública y privada plantean a las generaciones contemporáneas.

Los acontecimientos del día de ayer, 1 de febrero, con bloqueos violentos en varios puntos de la zona metropolitana de Guadalajara, nos plantean el reto de construir respuestas universitarias a las necesidades de todos y cada uno de los que viven en esta ciudad y en el estado, incluyendo a quienes conforman nuestra comunidad universitaria, de tener y sentir seguridad, de conservar incólume su integridad física, mental y espiritual para poder estudiar, trabajar y convivir en un ambiente de concordia y comunicación.

El día de hoy algunos estudiantes del ITESO, junto con otros estudiantes de universidades locales y activistas de organizaciones civiles de Guadalajara, se organizaron extraordinariamente rápido para desplegar la bandera de la paz. Sé que es un movimiento genuino que se da espontáneamente entre los jóvenes. Ellos han trascendido el temor para hacerse de la calle y decir: ¡Aquí estamos, no tenemos miedo y no queremos más violencia!

Las universidades a nivel nacional y las universidades locales ya hemos dialogado desde el año pasado acerca de algunos caminos para tomar medidas compartidas de seguridad. Más allá de la necesidad de ajustar las estrategias de seguridad en nuestras instituciones de educación superior –ajustes que estamos realizando en el ITESO-, el desafío se nos presenta no solamente a los universitarios, sino a la sociedad entera y, por lo tanto, nuestras respuestas han de realizarse en conjunto con la comunidad, con los ciudadanos y las instituciones públicas y privadas, pensando sobre todo en los más vulnerables, en los más pobres, que en las ciudades son los desempleados, muchos de ellos jóvenes.

Creemos que una parte de la respuesta está precisamente en desplegar de modo intenso y generoso una gran labor educativa, que permita a todos nuestros niños estar incluidos —actualmente hay muchos excluidos quienes viven sin escolaridad— en el mundo globalizado actual; una gran labor educativa que ofrezca a nuestros jóvenes posibilidades concretas y claras de ser incluidos, a partir de empleos bien remunerados, con una formación que les permita sentirse plenos en su desarrollo intelectual, profesional y de pertenencia social.

Este momento histórico, en que una gran parte de la población tiene miedo —y con toda justificación— rogamos, pedimos, invitamos, exigimos, conminamos encarecidamente a todos los actores sociales a que vayan a lo profundo de sus convicciones y que no se olviden nunca de cuidar la propia vida y la de todos, porque toda vida tiene el mismo valor y porque ningún interés mezquino puede estar por encima de ella; que el camino para la construcción de mejores días para los niños y niñas, para los jóvenes, ancianos, adultos, pobres y ricos, es la paz; que recuerden que para los cristianos y para cualquier ser humano, la vida es sagrada; que para solucionar el complejo problema del mercado de estupefacientes, el gobierno debe tomar el camino de la paz, la inteligencia, la firmeza sí, pero sin buscar la muerte de nadie.

El camino no es de sangre, ninguna sangre, ni la de los jóvenes, ni la de los adultos que andan errados en sus pasos, ni la de los inocentes "alrededor" de los conflictos. El camino es el de la seguridad para todos, el de la confianza y no el temor, el de la esperanza y no el miedo. Todos los caminos por la vida. Todo camino debe recorrerse por la vía de la paz. El camino es la paz.

Dr. Juan Luis Orozco, SJ
Rector del ITESO

martes, 1 de febrero de 2011

La revolución del joven Ratzinger

Benedicto XVI defendió propuestas condenadas por él mismo...


El Papa no puede seguir "el modelo de la monarquía absoluta", dijo

"No es azar que los grandes santos tuvieran que luchar con la Iglesia"


por JUAN G. BEDOYA - Madrid - 31/01/2011 El País


Desde el tejado las cosas se ven de distinta manera que a ras de tierra. Es lo que le ocurrió a Joseph Ratzinger cuando era un joven teólogo llamado a Roma en 1962 por Juan XXIII como perito de un concilio -el Vaticano II- que quería dar un revolcón a las estructuras de una Iglesia antimoderna. Entonces escribió que "el Concilio marca la transición de una actitud conservadora a una actitud misional" y que "la oposición conciliar al conservadurismo no se llama progresismo, sino espíritu misional". También dijo que "lo que necesita la Iglesia de hoy (y de todos los tiempos) no son panegiristas de lo existente, sino hombres en quienes la humildad y la obediencia no sean menores que la pasión por la verdad, y que amen a la Iglesia más que a la comodidad de su propio destino".

Pasaron años, hasta 1970, y Ratzinger seguía convencido de que su Iglesia necesitaba reformas radicales. Fue por entonces cuando reclamó con sus colegas alemanes la revisión de la doctrina del celibato. También sostuvo el jovencísimo profesor que "el primado del Papa no puede entenderse de acuerdo con el modelo de una monarquía absoluta, como si el obispo de Roma fuese un monarca sin limitaciones".

Este era el Ratzinger profesor brillante, teólogo libre y compañero de viaje de los mejores pensadores cristianos del siglo (Karl Rahner, Yves Congar, Edward Schillebeeckx, Hans Küng, entre los más conocidos). Pero sus afanes reformistas duraron lo que el polaco Juan Pablo II tardó en atraerlo al santuario del poder vaticano para encumbrarlo a la presidencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es como decidió llamar al viejo y terrible Santo Oficio de la Inquisición. Entonces, el Ratzinger teólogo se convirtió en juez de los teólogos, a los que ha castigado sin miramiento por sostener lo que antes él mismo pensaba.

Estos son algunas de sus ideas, sacadas de su fascinante libro El nuevo pueblo de Dios. Se publicó en alemán en 1969 y fue traducido al español en 1972 por la editorial Herder.

- Oficios laicales. Ratzinger dice que el "oficio" cristiano no es una herencia del sacerdocio de la antigua ley, sino una derivación de Cristo mismo. Escribió: "Cristo no fue sacerdote, sino laico. Considerado desde el punto de vista del israelita, jurídicamente no poseía ningún 'oficio'. Y, sin embargo, Cristo no se entendió a sí mismo como intérprete de deseos y esperanzas humanos, algo así como voz del pueblo, como su mandatario secreto o público, ni comprendió su misión desde abajo, como si dijéramos en sentido democrático". (página 123).

- Autonomía versus centralismo. "Mientras en Oriente se afianzaba cada vez más la autonomía de las comunidades particulares -el elemento vertical- y se relegaba a segundo término la conexión horizontal de las iglesias particulares dentro del conjunto de la colegialidad, en Occidente se desarrolló con tan fuerte predominio la 'monarquía' papal, que quedó casi completamente olvidada la autonomía de las iglesias particulares, que fueron absorbidas, por así decirlo, en la Iglesia romana (por obra principalmente de la liturgia uniforme de Roma)" (p. 133).

- Constantinismo. "Nos referimos al estrangulamiento de lo cristiano que tuvo su expresión en el siglo XIX y comienzos del XX en los Syllabi de Pío IX y de Pío X, de los que dijo Harnack, exagerando, desde luego, pero no sin parte de razón, que con ellos condenaba la Iglesia la cultura y ciencias modernas, cerrándoles la puerta; y así, añadimos nosotros, se quitó a sí misma la posibilidad de vivir lo cristiano como actual, por estar excesivamente apegada al pasado. ¿Quién podría poner en duda que también hoy se da en la Iglesia el peligro del fariseísmo y del qumranismo? ¿No ha intentado efectivamente la Iglesia, en el movimiento que se hizo particularmente claro desde Pío IX, salirse del mundo para construirse su propio mundillo aparte, quitándose así en gran parte la posibilidad de ser sal de la tierra y luz del mundo? El amurallamiento del propio mundillo, que ya ha durado bastante, no puede salvar a la Iglesia, ni conviene a una Iglesia cuyo Señor murió fuera de las puertas de la ciudad" (pp. 404-405).

- Colegialidad. "El punto de referencia no solo es el obispo de Roma, sino también los que son obispos como él: la cabeza y los restantes miembros del colegio. Nunca es posible mantener una comunión solo con el Papa, sino que tener comunión con él significa necesariamente ser 'católico', es decir, estar igualmente en comunión con todos los otros obispos que pertenecen a la Iglesia católica" (p. 198).

- La libertad del cristiano. "No es azar que los grandes santos no solo tuvieron que luchar con el mundo, sino también con la Iglesia, con la tentación de la Iglesia a hacerse mundo, y bajo la Iglesia y en la Iglesia tuvieron que sufrir; un Francisco de Asís, un Ignacio de Loyola, que, en su tercera prisión durante 22 días en Salamanca, aherrojado entre cadenas con su compañero Calixto, permaneció en la cárcel de la Inquisición, y todavía le quedaba alegría y fe confiada para decir: "No hay en toda Salamanca tantos grillos y esposas, que yo no pida más aún por amor de Dios". No cedió un ápice de su misión, ni tampoco de su obediencia a la Iglesia... Lo que necesita la Iglesia de hoy (y de todos los tiempos) no son panegiristas de lo existente, sino hombres en quienes la humildad y la obediencia no sean menores que la pasión por la verdad; hombres que den testimonio a despecho de todo desconocimiento y ataque; hombres, en una palabra, que amen a la Iglesia más que a la comodidad e intangibilidad de su propio destino" (pp. 290-295).

- Nueva teología. El profesor de teología que era entonces Ratzinger definió así la esencia y los límites de una teología correcta tras el Concilio Vaticano II (en primer lugar, critica ásperamente la que él llama "teología de encíclicas". He aquí su tesis: "En muchas manifestaciones teológicas, antes del Concilio y todavía durante el Concilio mismo, podía percibirse el empeño de reducir la teología a ser registro y -tal vez también- sistematización de las manifestaciones del magisterio. El Concilio manifestó e impuso también su voluntad de cultivar de nuevo la teología desde la totalidad de las fuentes, de no mirar estas fuentes únicamente en el espejo de la interpretación oficial de los últimos cien años, sino de leerlas y entenderlas en sí mismas; manifestó su voluntad no solo de escuchar la tradición dentro de la Iglesia católica, sino de pensar y recoger críticamente el desarrollo teológico en las restantes iglesias y confesiones cristianas; dio finalmente el mandato de escuchar los interrogantes del hombre de hoy como tales y, partiendo de ellos, repensar la teología y, por encima de todo esto, escuchar la realidad, 'la cosa misma', y aceptar sus lecciones.. Hasta entonces era costumbre mirar la Edad Media como el tiempo ideal cristiano, cuya plena equivalencia entre Iglesia y mundo se consideraba como la meta última de las aspiraciones; la Edad Moderna, en cambio, se concebía como la gran apostasía, comparable con la historia del hijo pródigo, que toma su herencia y sale de la casa paterna, para luego -con la asegunda guerra mundial- sentir hambre de las bellotas de los cerdos; en tales comparaciones resonaba también la esperanza del pronto retorno a la casa paterna... El conjunto, empero, conduce en el Papa del Concilio a una teología de la esperanza, que casi parece lindar con un optimismo ingenuo" (p. 350).

- Primado papal y obispos. "En todo el mundo cristiano se movía una tropa de sacerdotes que estaban inmediatamente sometidos al Papa sin el eslabón inmediato de un prelado local (...). El intento de interpretar la realidad del Primado por el concepto de reducción debe calificarse de desafortunado y peligroso. Amenaza con colocar al Papa en un puesto que en verdad sólo corresponde a Cristo. La designación del Papa como summus hierarca que de pronto puede parecer brillante, es también peligrosa dentro de una estricta inteligencia del concepto de jerarquía desde el sistema dionisíaco (...). El romano pontífice no se llamó príncipe de los obispos ni sumo sacerdote ni cosa por el estilo, sino solo obispo de la primera sede. Pero la Iglesia romana, a la que nosotros no negamos ciertamente la primacía entre hermanos, se ha separado de nosotros por su sublimidad, al asumir la monarquía (lo que no era su oficio) y, dividido el imperio, ha dividido también a los obispos de Oriente y Occidente (...) Si el romano pontífice, sentado en el alto trono de su gloria, quiere tronar contra nosotros y desde su alto puesto dispararnos, por así decirlo, sus decretos y juzga no por nuestro consejo, sino por su beneplácito y propio arbitrio, de nosotros y de nuestras iglesias y hasta impera sobre ellas ¿qué fraternidad y hasta qué paternidad puede ser ésa? En tal caso podríamos llamarnos y ser verdaderos esclavos y no hijos de la Iglesia. (pp 148 -150)

- Oficio de cardenales. "El patriarcado es una institución de la Iglesia universal que designa a los obispos de las iglesias principales, llamados originalmente 'primados' y que, consiguientemente, afectaba a la manera con que se reguló la unidad de la Iglesia en las grandes extensiones eclesiásticas y la unión entre ellas. Ahora aparece a ojos vista el cardenalato como un oficio de la Iglesia universal... Desde el siglo XIII el cardenal está por encima del patriarca, de suerte que éste sube de honor cuando se le hace cardenal... Finalmente surge la idea de que los cardenales son los verdaderos sucesores de los Apóstoles, porque éstos habrían sido cardenales antes de haber sido hechos obispos" (pp. 150-154).

- Infalibilidad y concilio. "El concilio no es, por esencia, otra cosa que la realización de la colegialidad. Este magisterio no es ciertamente (a Dios gracias) infalible en todas sus manifestaciones particulares; quiere, efectivamente, traducir la palabra a la vida y presentarla de un modo concreto a los hombres... La infalibilidad normal de la Iglesia tiene forma colegial; lo otro es 'extraordinario". Por eso "la infalibilidad del Papa no existe per se, sino que ocupa un lugar perfectamente determinado y limitado y, en modo alguno, exclusivo, dentro del marco de la presencia perenne de la palabra divina en el mundo (...). El primado del Papa no puede entenderse de acuerdo con el modelo de una monarquía absoluta, como si el obispo de Roma fuera el monarca, sin limitaciones, de un organismo estatal sobrenatural, llamado 'Iglesia' y de constitución centralista". (pp. 23-51).

- El Papa roca y escándalo. El antiguo profesor de Tubinga descubre, a lo largo de la historia del papado, la supervivencia de esta doble faceta dialéctica: "Es la figura de Pedro, a quien en Mateo 16,19 se le promete el mismo poder que en Mateo 18,18 transmite el Señor a toda la comunidad de los Apóstoles... Prescindiendo por completo del problema de la localización histórica de la promesa del Primado, podemos afirmar independientemente que, para el pensamiento bíblico, la simultaneidad de roca y Satanás (y skándalon=piedra de tropiezo) no tiene de suyo nada de imposible. Al contrario, para ese pensamiento que sabe de la necedad de Dios, de la victoria de la fuerza de Dios por la catástrofe de la cruz, semejante paradoja es típicamente cristiana (...). ¿Y no ha sido fenómeno constante a través de la historia de la Iglesia que el Papa, el sucesor de Pedro, haya sido a la par petra y skándalon, roca de Dios y piedra de tropiezo? Lutero conoció con opresora claridad el factor 'Satanás' y no dejaba de tener alguna razón en ello; pero su pecado estuvo en no aguantar la tensión bíblica entre Cefas (petra ) y Satanás, que pertenece a la tensión fundamental de una fe que no vive del merecimiento, sino de la gracia".

- Institución y hombres. El teólogo Ratzinger advirtió contra el peligro de distinguir entre "institución" y "hombres de la institución": "No pueden separarse sencillamente la "Iglesia" y "los hombres de la Iglesia"; la abstracta pureza sin mácula de la Iglesia que de este modo destilaría, no tiene sentido alguno real histórico. La Iglesia vive por medio de los hombres en el tiempo y en el mundo presente y, a pesar del misterio divino que lleva dentro de sí, vive de manera verdaderamente humana. Hasta la institución como institución conlleva la carga de lo humano; también la institución conlleva la inquietante arbitrariedad de lo humano para poder ser piedra de tropiezo" (pp. 285-288).

Fue el teólogo español José María González Ruiz (1916-2005) el primero en reprocharle a Ratzinger tan radicales cambios de criterio. Lo hizo en una "carta abierta" publicada en la revista Misión Abierta en 1987. Le dijo al todavía cardenal: "Su reciente intervención en el tema de la Teología de la liberación, sobre todo a través del Informe sobre la fe, ha producido no poca perplejidad y confusión en una no despreciable mayoría de católicos en todo el mundo". La carta, de 25 páginas, enumera una docena de cambios de criterio del futuro Papa, instándole a que ofreciese una explicación de su actitud.

Licenciado en Sagradas Escrituras en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, en la que estaba considerado como un gran conocedor, sobre todo de la figura de San Pablo, González Ruiz no era un eclesiástico cualquiera cuando escribió al futuro Papa esos reproches. En 1996 recibió la medalla de oro de Andalucía en reconocimiento "a su trabajo intelectual y su dedicación, que tuvieron como referente la defensa de la paz, la libertad y la justicia social", según se recogía en el decreto de concesión del galardón. Esa lucha por la libertad, tanto en los duros tiempos de la dictadura como en la democracia, fue uno de sus ejes de actuación. Su actitud le acarreó muchos problemas con la jerarquía eclesiástica y con la civil durante los últimos años del franquismo y los primeros de la transición. Así, el Gobierno Civil le multó por una homilía sobre la represión del franquismo. Miembro de la progresista Asociación de Teólogos Juan XXIII y colaborador ocasional de EL PAÍS, siempre le gustó recordar una frase de la Carta de San Pablo a los Gálatas, en la que queda condensado parte de lo que fue su pensamiento: "Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente". Falleció en enero de 2005 a los 88 años.
Las "malas pulgas" de Juan Pablo II

"El que se mueve no sale en la foto", decía el sindicalista mexicano Fidel Velázquez. Murió mandando pasados los 97 años y su idea totalitaria se extendió como una lepra por los partidos modernos. La Iglesia romana llevaba siglos practicándola. Incluso está acuñada en un latinajo: Roma locuta, causa finita. Cuando habla Roma, todos a callarse.

Hubo, sin embargo, un tiempo en que parecía poder cambiarse esa intransigencia, mediante el aggiornamento conciliar promovido por Juan XXIII en 1962. El teólogo Ratzinger se apuntó con entusiasmo a la idea, pero el aperturismo le duró lo que tardó en consolidarse en el poder Juan Pablo II, que venía del frío polaco. Ratzinger conoció pronto cómo reaccionaba su superior -y futuro gran amigo- ante propuestas revolucionarias. Fue en 1980, en el sínodo sobre la familia, donde el Papa perdió la paciencia mientras hablaba con los cardenales alemanes: "Demasiados hablan de replantearse la ley del celibato eclesiástico. ¡Hay que hacerles callar de una vez!", les dijo.

La primera víctima fue el ya fallecido cardenal de Sevilla y ex presidente de la Conferencia Episcopal, José María Bueno Monreal, un gran colaborador de Tarancón. Había ido a despedirse del Papa porque quería jubilarse y osó decirle en su despacho, a solas: "Santidad, mi conciencia me impone hacerle presente que existen problemas como los del celibato, la escasez de clero y la cantidad de sacerdotes que siguen esperando la dispensa de Roma". "Y mi conciencia de Papa me impone echar a su eminencia de mi despacho", fue la respuesta de Wojtyla. El bondadoso cardenal contó a sus amigos el incidente admirándose, textualmente, "de las malas pulgas del Papa". Días más tarde, sufrió un infarto y cesó en el cargo.

lunes, 31 de enero de 2011

Lecciones de Guerrero

De Raymundo Riva Palacio
January 31, 2011


Las elecciones en Guerrero se convirtieron en el laboratorio para probar hasta dónde pueden llegar el cinismo sin castigo, las armas de destrucción masiva de candidatos y políticos, las tácticas de intimidación a los adversarios por la vía de la violencia, las formas de manipulación de medios y votantes, y las maneras impunes de inyectar recursos frente a los ojos impotentes de las autoridades electorales que, como los ciudadanos, carecen de posibilidades de servir de contrapeso y castigar a los partidos, convirtiendo un ejercicio democrático en una burla a bofetadas.

Uffff. ¿Esto es la democracia? Sí. Es la democracia retorcida que se ha venido construyendo en México. Es la democracia de los partidos no de la sociedad, la democracia donde el marco de control y regulación la aportan los políticos y no los órganos electorales o los medios –supuestos factores de contrapeso-, la democracia de las minorías y no de las mayorías, donde son las élites las que manejan y retuercen en busca de un poder carente de escrúpulos.

La política requiere de un componente ético. No fue así en Guerrero, llena de contradicciones y abusos. Al actual gobernador Zeferino Torreblanca se le acribilla porque, tonto, idiota, mediocre, decidió no intervenir en el proceso electoral y dejar en manos de los protagonistas sus éxitos y derrotas. Pero ¿no acaso el ideal –a partir de las críticas a los gobernantes que sí intervienen en los procesos- es que quien está en el poder se mantenga neutral?

Guerrero se volvió una elección con interés nacional porque se convirtió en una disputa entre priístas. Bien se podría decir que esta elección en Guerrero fue una elección interna en el PRI. Quien mejor carrera política tenía e iba empatado en las preferencias electorales, Ángel Heladio Aguirre, fue sacrificado ante Manuel Añorve, porque las fuerzas políticas locales –los ex gobernadores Rubén Figueroa y René Juárez- sentían la afrenta de su viejo aliado por haberse convertido en el tercer cacique del estado.

Aguirre no pensó mucho la propuesta del jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, para ser el candidato del PRD y la izquierda en Guerrero, que no encontró mejor aspirante para no perder el poder. La izquierda lo aceptó e hizo maromas para justificar públicamente su aprobación de Aguirre, que formó parte del gobierno de Figueroa cuando la matanza de Aguas Blancas y a quien como gobernador interino le estalló en las manos otra matanza, en El Charco.

Primos los dos candidatos, la lucha fraternal se extendió en todos los campos. El día exacto de la elección en Guerrero, en algunas zonas del estado circuló una versión apócrifa de La Jornada donde titulaba que el candidato de la izquierda al gobierno había declinado. Hace unos días, Reforma publicó una averiguación previa donde acusaban al candidato del PRI, Manuel Añorve, de tener nexos con el narcotráfico, lo que fue desmentido por la PGR.

Añorve recibió recursos de varios gobiernos priístas, entre los que se incluyó que Televisa enviara a Galilea Montijo para amenizar sus eventos y al propietario del Gabinete de Comunicación Estratégica, Liébano Sáenz, como estratega electoral. Aguirre no se quedó atrás. Recibió apoyo humano y dinero del Distrito Federal, al que se fueron sumando respaldos de otras instancias perredistas.

Los órganos electorales, que han hecho leyes para un país del siglo pasado, sólo vieron cómo volaron todos los recursos sin poder hacer nada. Las redes sociales se convirtieron en el mejor vehículo para denostar y generar climas hostiles. Hubo grabaciones telefónicas ilícitas, violencia física y el dinero generoso que bañó este proceso electoral, con el que se abrió la temporada de 2011 y planteó los términos de la batalla en 2012. Uffff. ¿Viva la democracia? Esta, de partidos, no.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa