Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar.
Johann Wolfgang Goethe

miércoles, 9 de noviembre de 2016

¿En verdad pagaremos por el muro?


Ésta fue la primer pregunta que escuché esta mañana en una llamada a mi familia. La hizo mi hijo de 10 años preocupado por escuchar que Trump ganó la presidencia de los Estados Unidos.

Escribo esto desde Kingsbury Highschool una preparatoria pública de Memphis, TN en donde la comunidad de color alcanza el 77%. La comunidad latina representa el 32%, la afroamericana el 45% y la comunidad blanca el 18%. La preparatoria se encuentra en un estado históricamente republicano en el cual Trump obtuvo 61% del voto y Hillary el 35%. Este día y en este espacio concreto es difícil creer lo que ayer eligió más de la mitad de votantes en este país... no lo vieron venir y yo tampoco lo vi venir.

Trump representaba en muchos sentidos lo que desde la mirada "liberal" es detestable: Intolerancia, racismo, humillación de la figura femenina, enjuiciamiento de las minorías, reducción al mínimo de los impuestos y también la convicción de que es el estado quien decide sobre el cuerpo de la mujer en el tema del aborto. Contó con el apoyo de los grupos más conservadores incluyendo obviamente la NRA, "White supremacy groups",  la actual versión del KKK, el apoyo de los grupos cristianos (incluyendo la comunidad católica) y todo el apoyo de una población blanca con bajos niveles educativos que ha experimentado dificultades económicas. Estos grupos que difieren en muchos aspectos, ayer se alinearon en torno a Trump.

Trump, para estos sectores conservadores, representó "un cambio". Su discursó contenía lo que estos sectores quería escuchar y despertó la pasión y la movilización de "otro proyecto". Un proyecto que al día de hoy nadie conoce pero que logró posicionar como algo distinto al status quo, algo distinto a Obama. Las semanas previas a la elección fui testigo de cómo los medios sin restricción alguna hicieron sus apuestas y utilizaron toda su maquinaria a favor de uno u otro candidato. Trump dejó listo todo para destruir la confiabilidad de las elecciones en caso de no resultar ganador y en cierta forma "la institucionalidad" de las elecciones no sufrió un daño mayor porque finalmente el resultado le favoreció.

Hoy, la bibliotecaria de Kingsbury me comenta que lamenta profundamente no haberse organizado mejor como cuando su comunidad apoyó a Obama en las elecciones anteriores. No puede creer que esto esté sucediendo, no lo vio venir; era un escenario impensable.

Estados Unidos hoy tiene la presidencia "republicana" y el senado junto con la cámara con mayoría republicana. Existe un deseo por que sean los mismos republicanos los que limiten las acciones de Trump; finalmente él no es un rostro con el cuál ellos mismos se identifiquen. Ayer analistas de CBS asumían cómo ellos mismos construyeron a Trump al darle una enorme cobertura desde las primarias. Republicanos lamentan cómo permitieron su crecimiento y demócratas se preguntan si la historia hubiera sido distinta con Bernie Sanders porque Hillary finalmente nunca logró conectar con su audiencia.

Comparto una lista de ideas que eventualmente necesitarán una mayor profundización pero que son líneas a las que habremos de dar seguimiento.

  1. La misión de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan por minorías es aún más relevante en estos momentos.
  2. Debemos promover el diálogo, especialmente en contextos conservadores que apoyan abiertamente a Trump.
  3. El sector liberal y con "mayores niveles educativos" deben establecer diálogo con personas que inicialmente son "intolerantes"
  4. Un reto particular es cómo visibilizamos el rostro concreto de las minorías que hoy vislumbran un escenario de mayor exclusión.
  5. Se avanza en el tema del uso recreativo de la marihuana y el shock no nos permite discurrir sobre ello.
  6. Debemos construir redes intersectoriales que fortalezcan a las minorías.
  7. Tolerancia parece ser un término que debemos trabajr aún más como un "piso" de diálogo.
Hoy, recuerdo cómo las elecciones de México dividieron familias enteras en elecciones anteriores y experimento nuevamente esto con mi compañero de trabajo. Hoy me duele un video que afirma sin cortapizas "White life matters, mother fuckers!!!!" Hoy soy testigo de cómo el tema racial es uno de los más vigentes en los Estado Unidos. Vivo en un estado conservador. Soy testigo de una iglesia católica estadounidense que apoyó estructuralmente a Trump. Trabajo en una organización que defiende y promueve los derechos de minorías y con esto en el corazón me pregunto cómo lograré compartir lo que he aprendido a lo largo de mi propia vida. ¿Cómo explico que vale la pena respetar al otro y dialogar con él? ¿En verdad escucho al otro que piensa distinto a mí y considero sus posturas como válidas? ¿Cómo hoy comunico a mi hijo de 10 años, a mi hija de 11, a mis estudiantes de 17 que es precisamente la diferencia la que nos humaniza, la diversidad la que dinamiza, el otro el que posibilita mi vida y me construye?

Hace unos minutos se entregó un reconocmiento a los miembros de National Honor Society de la preparatoria de Kingsbury. Comparto una fotografía de estos estudiantes. Sin estar seguro, me parece que la mayoría de ellos son latinos y probablemente varios de ellos no accederán a la universidad por las dificultades que tendrán debido a su estatus legal. Deseo profundamente que sus rostros sean un motivo más que nos lleven a construir más arduamente una vida digna para ellos sin importar su raza, credo o color de piel tal y como defiende los principios más fundamentales de una constitución política.