Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar.
Johann Wolfgang Goethe

sábado, 26 de febrero de 2011

04 MADE Ética Empresarial

Comparto presentación de la sesión #4 de la Maestría en Administración y Dirección Estratégica (MADE) Universidad Loyola del Pacífico (ULP)

Responsabilidad Social Universitaria de AUSJAL

MADE Boletín de la Red de Universidades Jesuitas en América Latina sonre la implementación de la Responsabilidad Social Universitaria.

Elemento básico para comprender nuestra acció/misión.

Empresas socialmente responsables

MADE - Reflexión pertinente sobre el distintivo ESR de CEMEFI
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Escrito por Miguel Concha 
Texto publicado en La Jornada en febrero de 2011
http://bit.ly/hJrDak 
Tres organizaciones de la sociedad civil, encabezadas por el Centro Mexicano de la Filantropía (Cemefi), otorgan anualmente distintivos de empresas socialmente responsables a aquellas que, según su criterio, cumplen con los merecimientos para que así puedan ostentarse, particularmente en sus campañas publicitarias. Es de hacerse notar que las asociaciones que los otorgan están constituidas y dirigidas básicamente por empresarios de muy diversas actividades y magnitudes. El proceso a que deben sujetarse las empresas para lograr esa calidad lo efectúa básicamente el Cemefi, y para ello utiliza un modelo de más de 120 condicionantes que deben cumplir para merecer tal reconocimiento. Las condiciones a cumplir que a escala internacional usualmente se establecen en este tipo de modelos señalan que deben plantearse en función de los grupos de interés relacionados con las empresas. Los grupos de interés son individuos o grupos que afectan o se ven afectados por una organización y sus actividades.
He seleccionado las disposiciones de la Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa (Uniapac), publicadas en 2008, con presencia en nuestro país, para establecer cuáles son los grupos de interés respecto de los cuales las empresas socialmente responsables deben cumplir sus obligaciones. Dichos grupos son: 1.- clientes y consumidores, 2.- accionistas e inversionistas, 3.- personas que integran la empresa y sus familias, 4.- proveedores, 5.- gobiernos (local, estatal, federal), 6.- comunidad-sociedad, 7.- la competencia, y 8.- las generaciones futuras. Asimismo, su labor debe desarrollarse en un marco en el que priven los siguientes conceptos fundamentales: ética y transparencia, calidad de vida, así como generación y distribución de la riqueza.
El grupo de interés al que me voy a referir en primer término es el mencionado en el apartado siete: la competencia; es decir, los competidores, respecto al cual en las citadas disposiciones se menciona que las empresas deben cumplir al menos con los siguientes compromisos: aceptar el desafío de la competencia, y cumplir con las reglas del mercado.
Como se sabe, en la teoría clásica del liberalismo económico el principio fundamental del mercado es que a él concurra un número suficiente de oferentes que permita a los consumidores elegir a su criterio la mejor calidad y precio del producto o servicio que desean. Es decir, que el precio se fije auténticamente a través de la ley de la oferta y la demanda. Lo anterior implica que las empresas socialmente responsables deberán aceptar que se establezca la competencia de tal modo que el precio lo fije la libre ocurrencia de oferentes y clientes, y no que por gozar de posiciones de privilegio o dominantes, indebidas éticamente, fijen en perjuicio de los consumidores discrecionalmente los precios a su estricta conveniencia, contribuyendo con ello a esas terribles aberraciones que sufrimos en nuestro país en materia de distribución de la riqueza, que dificultan gravemente y ponen en riesgo nuestra convivencia. Pudiera ser que la condición de competencia antes descrita esté considerada en el modelo de aceptación del Cemefi.
Sin embargo es evidente que no la aplica, pues entre las empresas distinguidas están incluidas aquellas que por privilegios indebidos y permisividad inmoral de las autoridades guardan posiciones monopólicas o dominantes en el mercado, excluyen a los demás competidores, fijan los precios unilateralmente y producen enormes montos de riqueza a sus propietarios, incluso a escala mundial. Lo anterior es evidente en el campo de las telecomunicaciones, los alimentos, el cemento, la cerveza, los refrescos y otros más.
Lo más grave es que perjudican al grupo de interés con el que, congruentes con su ideología, debieran cumplir primero, es decir, los consumidores, afectando seriamente su calidad de vida e incrementando sus niveles de pobreza. Todo esto viene a cuento a propósito de la calificación en nuestro país de empresas socialmente responsables, que en la lógica del sistema capitalista ha venido cobrando cada vez más relieve en el mundo académico y empresarial desde mediados de la década de los 60 del siglo pasado, y sobre todo en los dos últimos decenios, cuando se refuncionalizó al Estado para delegar a los particulares muchas de sus obligaciones sociales.
Para Richard Eells (1961) y Clarence Walton (1967), por ejemplo, la responsabilidad social corporativa es un movimiento de mejora social que representa una preocupación por las necesidades y metas de la sociedad, y que va más allá de lo económico. Y a propósito de la discusión que se tiene que continuar en el Senado sobre la Ley General de Competencia, pues actualmente son muchos los subterfugios que, en complicidad con el gobierno, utilizan las empresas para escabullir su responsabilidad social: acordar entre ellas los precios, repartirse los mercados, impedir la competencia, gozar de exenciones y privilegios fiscales, etcétera.
En conclusión, el problema de fondo es la falta de condiciones de competencia en algunas áreas de nuestro mercado y sus graves efectos tanto en lo económico, lo social y político, a los que me referiré en posteriores colaboraciones. Pero, por vía de mientras, me parece absurdo que el Centro Mexicano de la Filantropía AC se constituya en juez, siendo realmente parte, y auto-otorgue distintivos de empresas socialmente responsables a las que por este solo rubro no se lo merecen.

viernes, 25 de febrero de 2011

Carlos Slim marca distancias con el duopolio Televisa - TV Azteca

MADE
Publico el presente conflicto "entre particulares" que impacta a toda una nación... una nación carente de un estado firme que vea por el bien de sus ciudadanos.

Fue publicado en Analítica.com:
http://www.analitica.com/zonaempresarial/4772358.asp

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Viernes, 25 de febrero de 2011



Grupo Carso, el corporativo del magnate mexicano Carlos Slim, ha decidido retirar la publicidad de sus empresas de los dos miembros del duopolio televisivo en el país, Televisa y TV Azteca. En el caso de Televisa, el diario The Walt Street Journal adelantó que Slim tomó está decisión después de que los de San Ángel Inn decidieran subirle las tarifas hasta un 15%; mientras que TV Azteca le habría incrementado los precios en 20%. No obstante, hay más razones detrás en ambas situaciones.
La verdadera razón detrás del cese con Televisa podría ser una represalia por la investigación que ordenó dicho consorcio a la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) en contra de Slim. Telmex —la empresa telefónica de Slim— lleva años tratando de entrar al negocio del triple play: ofrecer telefonía, Internet y televisión por cable. Aún no consigue la concesión para el último servicio, sin embargo, logró hace tiempo un acuerdo con MVS Comunicaciones para facturar Dish, un servicio de televisión satelital. Este enroque enfadó a Televisa, quien ha visto como los números de Sky —su oferta de televisión de paga— han menguado severamente, al grado de perder más de dos millones de clientes.
Con esta decisión, Televisa podría perder hasta 75 millones de dólares por concepto de publicidad, lo que representa hasta 4% del ingreso por este concepto para la empresa. Los roces entre ambos titanes, Azcárraga Jean y Slim, se veían venir para este año. Con la concesión de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para el uso de fibra óptica, así como el convenio en suspenso con Nextel, Televisa tiene la mesa puesta para entrar en el negocio de la telefonía móvil, uno de los bastiones de Slim en México.
Días después, Grupo Carso también anunció que retiraría todos los contratos de publicidad con TV Azteca. Aquí, la discordia se centraría en una negociación de las tarifas de interconexión de Telmex. Arturo Elías Ayub, vocero de Slim, mencionó que TV Azteca condicionó un descuento en las tarifas, siempre y cuando Telcel y Telmex accedieran a bajar sus precios de interconexión con Iusacell, otra empresa de telecomunicaciones en México, propiedad —al igual que la cadena televisiva— de Ricardo Salinas Pliego. Telcel ofrecía una cuota de 95 centavos (0.05 euros) el minuto, cifra similar a la que mantiene Telefónica en España.
Por supuesto, el distanciamiento entre Slim y el duopolio televisivo mexicano ha desatado una cantidad impresionante de rumores. Sin duda, el que más fuerza ha cobrado es la posibilidad de que Slim esté preparando su propio canal de televisión en México. La especulación no es infundada, pues hace tiempo que el magnate incursiona de a poco en este rubro. Desde noviembre de 2010, Slim se ha enfocado en la creación de contenidos para TV, teniendo como primer mercado a Colombia. Desde ese momento, se dio una declaración de guerra tácita con Televisa, el productor de contenidos más grande de América Latina. Además, Cofetel anunció que se podrían licitar dos cadenas de TV abierta para este 2011, que presumiblemente serían ocupadas por Once TV y Multimedios Televisión. La puerta está abierta: ahora que la amistad entre Grupo Carso y las televisoras mexicanas está fracturada, ¿será que Slim redoblará esfuerzos para entrar en el espectro televisivo nacional?

Exige familia Reyes Salazar a Calderón que "termine con su pinche guerra"

Transcribo el presente artículo publicado en Proceso. Es un caso muy trágico de cómo la actual situación no ha generado más posibilidades de vida, sino todo lo contrario...

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MÉXICO, D.F., 25 de febrero (apro)
La redacción
http://ht.ly/43NEA

La familia Reyes Salazar arremetió contra el presidente Felipe Calderón por la muerte de  tres de sus parientes y le exigió "terminar con su pinche guerra que el pueblo no pidió".
Instalada en el plantón, que junto con su madre Sara Salazar y su hermana Olga mantienen desde el pasado lunes afuera del Senado de la República, en demanda de la aparición de sus familiares que habían sido levantados por un comando el 7 de febrero, Marisela Salazar declaró: "Este señor que dice ser presidente nada más nos vino a militarizar y a poner federales. Es un asco, aquí es una muestra de lo que está pasando. Es una mierda, pronto va a acabar con todo. Exigimos que ya retire las tropas federales y que ya termine con esta pinche guerra sucia, el pueblo no la pidió".
Marisela enfrentó también las versiones que señalan que su familia tiene nexos con el crimen organizado.

"Estamos dando la cara con la frente en alto de que somos limpios, de que somos luchadores sociales. Mi familia es honorable, luchista, luchando por los derechos humanos, somos una gente de bien, la casa que nos quemaron, que era humilde, la hicimos con el sudor de nuestra frente", dijo.
Esta mañana fueron localizados en Chihuahua los cadáveres de sus hermanos Magdalena y Elías Reyes Salazar, asi como el de su cuñada Luisa Ornelas.
Las hermanas Marisela y Olga informaron que luego de que se hiciera público el asesinato de sus familiares, la Secretaría de Gobernación les giró una invitación para reunirse en presencia de personal de la Procuraduría General de la República, pero adelantaron que no asistirán porque la cita simplemente llegó demasiado tarde.
El vocero de la familia Reyes Salazar, Adrián Fuentes leyó este mediodía un comunicado en el que se pide la renuncia del subprocurador de Chihuahua, Jorge González Nicolás, y se le señala como responsable directo del crimen de Magdalena, Elías y Luisa, "debido a que no puede con el cargo y por no haber garantizado la vida y la seguridad de la familia y de la población de Ciudad Juárez".

03 MADE Ética

Comparto presentación de la sesión #3 de la Maestría en Administración y Dirección Estratégica (MADE) Universidad Loyola del Pacífico (ULP)

martes, 22 de febrero de 2011

Caux round Table - Principles for globalization

MADE - Lectura para la tercer sesión (25 de feb)

Caux Round Table - Principles for the ownership of wealth

MADE - Lectura para la tercer sesión (25 de feb)

Caux Round Table - Principles for Responsible Business

MADE - Texto a consultar para la 3er sesión (25 de feb)

ESR Ranking in 1,000 companies


Ética empresarial e internacional - Miguel Ángel Díaz

MADE Lectura para tercer Sesión de trabajo (25 de feb)

Rentabilidad de la ética para la empresa - Adela Cortina

MADE Lectura para tercer Sesión de trabajo (25 feb)

Ética en los negocios de Antonio Argadoña - IESE

MADE - Lectura para la tercer sesión (25 feb)

lunes, 21 de febrero de 2011

Mexico, chief casualty of America's 'war on drugs'

Excelente artículo de John Ackerman. Ojalá algún día abordemos el problema de las drogas como un problema de salud...

 With the death toll ever rising, it's high time the US stopped sponsoring a bloody, unwinnable conflict with the drugs cartels

John Ackerman  guardian.co.uk,


Tuesday's brutal attack on two US law enforcement agents in Mexico has led to the normal sabre-rattling. Representative Michael McCaul of Texas has called it a "game-changer" and a "wake-up call" to the "war on our nation's doorstep". Last week, James Westphal, undersecretary of the Army, had already spoken of an "armed insurgency" in Mexico, and the possibility of sending "armed and fighting" troops across the border to prevent a "takeover of government". Secretary Janet Napolitano continually speaks of the "war" south of the border. James Clapper, national intelligence director, recently announced that Mexico has been promoted to being a top national security threat.
Mexico has, indeed, reached a tipping point. But an escalation of the present military strategy will only make the situation worse. The best response to recent events is to end the war and proceed towards disarmament, instead of aggravating the conflict. Gil Kerlikowske, director of the Office of National Drug Control Policy, has declared the end of the metaphorical "war on drugs" within US borders. The time has come also to bring a stop to the very real war on the drug cartels south of the border.

Mexican police guard a US embassy vehicle after it came under fire from gunmen on Highway 57 between Mexico City and Monterrey, on 15 February 2011. A US immigration and customs enforcement agent was killed and another wounded in the attack. Photograph: AP Photo/Teodoro Blanco Vazquez


The central problem with the military strategy is that it does not distinguish between violent and non-violent criminals, or serious and less harmful crimes. As Kerlikowske has pointed out, the Mexican cartels are not "insurgents" or "terrorists", but "multivalent criminal organisations", which have diversified into a wide variety of activities including kidnapping, extortion, piracy, human trafficking, money-laundering and government corruption, as well as the transportation and sale of illegal drugs.
Of all of these crimes, by far the least harmful for social and economic development is the transportation of drugs. Although drug consumption is clearly damaging, simply transporting illegal substances does not, in itself, create violence, economic crisis or human suffering. And even the harm of drug consumption pales in comparison to the effects of kidnappings, beheadings and human trafficking, especially when the consumption involves marijuana, sales of which make up two thirds of the profits of the Mexican cartels.
Nevertheless, due to pressure from the US government, the Mexican authorities have been forced to concentrate their scarce law enforcement resources on pursuing the least harmful crimes. This strategy has had the obvious consequence of pushing the criminals towards more dangerous and violent activities. The result: a stratospheric increase in violence, with over 35,000 assassinations in the past four years, 15,000 during 2010 alone. The problem in Mexico is, therefore, not a lack of firepower or support for the "war on drugs", but the very strategy of "war" itself.
The real priority should be on punishing violent crimes, not the transportation of drugs. By turning the typical strategy on its head, Mexico would slowly start to separate the violent, dangerous criminals from those drug traffickers who are in the business principally for the money. Although this might not bring down the prices of illegal drugs on the streets of US cities, it would help end the violence, which today is paramount and may at some point spill over to the US.
This proposal should not be confused with either legalisation or negotiation approaches. Increased liberalisation of marijuana consumption would reduce the urgency of controlling transportation routes, but this strategy is by no means dependent on the legalisation of drug use. And this idea in no way implies a pact with the cartels, in the style of the past authoritarian Mexican governments. On the contrary, the proposal is to increase, not reduce, the pressure on the most serious criminals.
Such a change in strategy would immediately receive vigorous applause from the Mexican people. A growing number of Mexicans have come to the conclusion that peace and prosperity are more important than stopping the flow of drugs towards eager consumers in the United States. A broad new citizen movement has even emerged, rallying around the cry of: "No more blood!" Movement leaders agree that the drug cartels need to be controlled – but in a way that does not destroy the very fabric of society. It makes no sense to win the war, if it leaves the country in shambles.
It is time for the Obama administration to listen to the Mexican people and not only to his military advisers. The roots of the problem obviously lie in the lack of regulation of the sale of assault weapons and in the high drug consumption in the US: 90% of weapons confiscated from Mexican cartels come from the US. But if it is not politically feasible to attend to these issues, the Obama administration can at least change the emphasis of its policy towards Mexico. The central objective should be the reduction of violence and the establishment of the rule of law. Without this, everything else is doomed to fail.